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viernes, 26 de agosto de 2022
LOS VECINOS MUEREN EN LAS NOVELAS
Los vecinos mueren en las novelas, de Sergio Aguirre
Retrato de los personajes:
John Bland: Es escritor de novelas policiales, escribió un par de ellas y no le fue muy bien. Nació en Irlanda y se mudo a Inglaterra. Él tiene como costumbre ir a visitar a sus vecinos luego de mudarse.
Anne: Esposa de John Bland, mujer muy hermosa.
Señora Greenwold: Vecina de John en Chipping Campden, lugar situado en los suburbios de Londres, es una señora mayor aficionada a las novelas policiales.
Robert Barnes: Hombre maduro, bajo y casi calvo, es inseguro, dócil y algo tímido, es un pintor mediocre. Esposo y mantenido de Helen, que lo mantiene a pesar de que él no la ama, es amante de la Sña. Greenwold.
Helen: Mujer no muy bonita pero vivaz, algo atrevida, rica y alcohólica adicta al whiski. Conoció a Robert en un recital de rock y se caso con el, ella lo mantiene a pesar que el no la ama.
Julie: Mujer joven, mucama de la casa de los Gardfield, vecina a la casa de Robert.
Resumen de los capítulos.
Visita después de una tormenta
John Bland acostumbra visitar a los nuevos vecinos luego de mudarse. Él y su esposa Anne se mudan de Londres al campo, en las afueras de Chipping Campden. Apenas ellos llegan a la casa llama el papá de Anne para decir que vaya a Londres debido a su grave estado de salud. Cuando Anne se fue John quiere llamar a su amigo Dan, pero se acuerda que hoy tenía clases todo el día, entonces va a visitar a su única vecina, la sña. Greenwold. Ellos dialogan, John le comenta a la Sña.Greenwold que es escritor de novelas policiales y ella le dice a John que es aficionada a las novelas policiales. Luego la Sña. Greenwold le narra una historia que le ocurrió en el año mil novecientos cincuenta y cuatro.
¿Viaja usted sola?
La Sña. Greenwold llego a la estación de tren para tomar el expreso que partía a las diez de King's Cross a Edimburgo. Se introduce en el tren y ve a una mujer que asustada le dice: “Por favor, no abra las cortinas”. Entonces la Sña. Greenwold se acerca a ella y la mujer temerosa le pregunta si viajaba sola, entonces la Sña. Greenwold le pregunta si estaba bien, y la mujer llorando le dice: “Un hombre quiere matarme… no sé si subió al tren”.
Algo abominable ha sucedido en ese cuarto
La Sña. Greenwold no pudo entender lo que aquella mujer le estaba diciendo, entonces ella le cuenta la historia: era mucama de la casa de los Gardfield, ella estaba sola terminando de hacer su trabajo cuando entra para revisar el cuarto de los huéspedes y ahí ve por la ventana de la casa vecina a un hombre maduro, bajo y casi calvo haciendo movimientos extraños, entonces asustada sospecha que ese hombre estaba cometiendo un asesinato.
Ella entra en un ataque de miedo y se encierra en la cocina, luego cuando cree que nadie entro a la casa se dirige a la biblioteca para espiar desde la ventana a la casa vecina y desde allí escucha la radio, entonces sale de la casa y se dirige a la estación de tren para tomar el expreso que partía a las diez desde King's Cross a Edimburgo. Apenas entra al tren ve nuevamente a ese hombre maduro, bajo y casi calvo que vio en la ventana haciendo esos movimientos extraños, asustada se cambia de vagón. Aquí encuentra a la Sña. Greenwold.
La Sña. Greenwold no sabia que decirle a esa mujer, si esconderse del presunto asesino o avisar al guardia, pero en ese caso no sabía que decirle, que cree que un hombre quiere matarla, entonces el futuro era incierto.
Una noche en el infierno
Luego de contar esta historia la mujer, que le dice que se llama Julie, se pone muy nerviosa y tuvo desesperación ante la posibilidad de su muerte. la Sña. Greenwold tranquilizo a Julie y tuvo una idea, encerrarla a ella en el toilet mientras ella recorriera el tren.
Julie se encerró en el toilet y la Sra. Greenwold recorrió el tren. Encuentra un hombre rubio leyendo concentrado un libro, un hombre feo transformado por la guerra, un sacerdote sentado en forma extraña, una mujer con un bebe en brazos y otra mujer con dos hijos discutiendo, pero no encontró ningún hombre con esas características (maduro, bajo y casi calvo). Entonces volvió al toilet en busca de Julie, que estaba llorando. La Sra. Greenwold le dice a Julie que no encontró a ese hombre, le pidió que no hablaran de ese tema y que durmieran, entonces Julie dice que sigue sintiendo que el hombre la estaba mirando.
Pánico en la estación
El tren estaba llegando a la ciudad y la Sra. Greenwold se despierta mientras Julie seguía durmiendo y se dirige al toilet. Recorriendo el vagón ve a los pasajeros agolpándose en el pasillo, cerca de las puertas de salida, además ve a los demás pasajeros que antes había visto, como a la mujer con los dos niños discutiendo.
El tren llega a Edimburgo y cuando la Sra. Greenwold pisa el andén, sale corriendo dejando en el tren a Julie.
Cuando la Sra. Greenwold termino de narrar la historia, John quedo fascinado y a la vez no entendía porque ella se fue en vez de evitar la muerte de Julie, porque no avisaron la presencia del asesino en el tren al guardia y porque cuando Julie vio al presunto asesino en el tren no se bajo del tren en ves de quedarse. Estos tres detalles no le podían hacer creer la historia.
Vivir en el campo no cambiará las cosas
John le dice a la Sra. Greenwold que esa historia era solo anecdótica, entonces ella le pide a el que le diga la idea de su próxima novela (pregunta que le había hecho, y John había respondido que no) y John le cuenta esta historia:
El es un escritor de novelas policiales algo mediocre, ya que había escrito un par y no le había ido muy bien con ellas, entonces para poder subsistir sin escribir novelas policiales tuvo que estar casado con Anne aunque no la ame, para que en pocos años cobrara una herencia de ella.
Como su esposa estaba mucho tiempo fuera de la casa y el no la amaba sospechaba la posibilidad de que su mujer le fuera infiel en la ciudad, así que se le ocurrió la idea de mudarse al campo, en las afueras de Chipping Campden. Cuando apenas llegaron a su nueva residencia, el papá de Anne llama aunque el no haya escuchado el teléfono para decirle que vuelva a la ciudad debido a su dedicado estado de salud. Esto le dio a John la idea de que su esposa le sería más infiel y que ahora ella se podía demorar más diciendo como excusa los viajes y la distancia, entonces la sigue en un taxi y la ve a brazos de otro hombre, ahora efectivamente su esposa Anne le estaba siendo infiel, aunque ella no lo sepa, en la cara. Así que vivir en el campo no cambiará las cosas.
Entonces John no sabía que hacer, estaba desesperado, pero se le ocurrió un plan. Un plan sin buscarlo, de pura obra de las circunstancias. Un plan que se le ocurrió cuando vio que los únicos que vivían en las afueras de Chipping Campden eran él y su única vecina, así que decidió ir a visitarla, sin que él sepa que la iba a matar.
Una novela ha comenzado
El tendrá que esperar hasta la noche para entrar a la casa de su vecina, decide que la muerte sea violenta, que nadie lo vea entrar ni salir y tampoco no dejar rastros ni huellas, luego de que la mate, ira a su casa a ensayar lo que le dirá a la policía, que el estará descansando hasta la tarde debido al trajín de la mudanza y que él tenía el sueño pesado, por eso no hoyo golpes en la puerta ni el teléfono y para despejar sospechas dejara un mensaje de teléfono a un amigo de Londres que el sabia que no estaba para que el mensaje este grabado por un tiempo mientras que el cadáver de su vecina lo hallaran seguramente el día siguiente. Mientras hagan la pesquisa el estará leyendo o aún acomodando los muebles, le harán todas las preguntas y el dirá que estuvo en la casa todo el día y que vio un hombre parecido a un jardinero caminando cuesta arriba, así tendrán un sospechoso mejor que el. Luego de que muriera su suegro, Anne vendrá a casa y el la matara, pero para no despertar sospechas el será un buen marido y tendrá testigos de ello, además mientras estén buscando al misterioso asesino de Chipping Campden para todo el mundo el estará en Londres.
Cuando John termino de contar esta historia, la Sra. Greenwold le pidió que escuchara el siguiente relato, a raíz de lo que sucedió en el tren.
Un hombre en quien confiar
Esta historia podría haber comenzado en Londres, a las cinco o seis en una oficina o probablemente en una tienda de Bond Street. Era una mujer, algo solitaria, no tenia motivos para ser infeliz, no porque su vida fuera extraordinaria, nunca pensaba en eso, pero a diferencia de otras, nunca pensaba encontrar el verdadero amor, casarse ni mucho menos tener hijos, hasta esa tarde.
Se había sentado en una plaza de Berkeley St., no estaba esperando a nadie, solo para descansar, ahí vino un hombre que le cambiara la vida por siempre. Fue amor a primera vista, sin lugar a dudas., el hombre se presento, era Barnes, Robert Barnes.
Robert no era feliz en su matrimonio. En un romance de verano en Brighton Rock, la conoció en un concierto al aire libre. Su esposa se llamaba Helen, ella no era bonita, pero si era vivaz, algo atrevida, rica y alcohólica, adicta al whisky. Robert es un pintor mediocre, que subsiste gracias a su esposa.
El día anterior a la muerte, la mujer hablo con Robert y le dijo que hablara con su esposa el día siguiente.
Mucho más loca que tú
Al día siguiente estaba lloviendo torrencialmente durante toda la mañana. Robert tenía una taza en la mano cuando llamo por teléfono su amante, presionándolo para que hablara con Helen, y la ultima frase de ella fue: “Confía tu en mí”. Esa frase sonó por la cabeza de Robert.
Helen bajo de su dormitorio y la amante de Robert golpeo la puerta. Fue a atender Robert y cuando la vio le dijo que se fuera, pero la mujer no le hizo caso y fue a ver Helen quien toco la puerta. Helen le pregunta a Robert quien era esa mujerzuela y ella entra sin permiso alguno de Robert o de Helen.
La mujer le dice a Helen que ella era el amante de su esposo Robert, ella no lo puede creer, no entiende que ella estuvo casada veinte años con Robert y ahora una mujer que ni conoce viene por el. Ahora es cuando se precipitan los hechos, la mujer sube al baño y luego sube Helen, cuando ella subió al baño, la mujer la sujeto de las piernas y la tiro dándole de lleno la cara con la punta de la bañera. Helen quedo ahí tirada, muerta.
Algo se mueve en la casa del vecino
Entonces sube Robert al baño y ve a su esposa muerta en la bañera. Su amante le dice que le diga a la policía que estaba alcohólica, por eso resbalo y se cayó en la bañera, además que el limpie el baño para no dejar evidencias.
Mientras Robert estaba limpiando el baño ve a una mujer desde la ventana de la casa de los Gardfield, sus vecinos, que también lo estaba mirando. Robert cree que ella había visto el asesinato de Helen, y un testigo en este caso seria catastrófico. Así que se lo dijo a su amante y ella le dice que deje un vestido en el cuarto de baño, como si ella misma se lo hubiera preparado, después que vaya a su habitación y que ponga un vestido extendido sobre la cama con una botella de whisky, para despejar sospechas de un asesinato. Ahora ella fue a la ventana y la vio, en ese momento tuvo miedo en que la policía este en camino.
Después la mujer salió de la casa de los Gardfield y Robert y su amante la siguieron por la calle.
Un doble descubrimiento
Ellos la siguieron en un taxi hasta King's Cross, ellos se separaron, Robert paseo por los andenes y su amante fue a la boletería para ver a que hora partiría el tren. Robert la vio en el tren y la mujer también lo vio, esto se lo dijo a su amante que compro un boleto y cuando ella le dijo que vaya a casa para hablar con la policía el no quería hacerlo, entonces su amante, muy enojada, le dijo: “Deja de gimotear idiota y vuelve a casa. ¿Quieres que terminemos en prisión?”
Fue la primera vez que la amante insulta a robert y ahí descubre que Robert, el hombre que la protegería era en realidad un cobarde, un débil y que la había mentido y también descubrió que cuando lanzo a Helen a la bañera, simplemente lo hizo, la violencia surgió naturalmente en ella.
Así fue que se introdujo en el tren y la vio, era ella, se dio cuenta que esa chica se encontraba profundamente perturbada. Ella se sentó al lado de aquella mujer y le pidió que hablara con ella, cuando la mujer estaba llorando profundamente.
Dos monstruos
Llorando la mujer le dijo que un hombre la quiere matar, y que no sabe si ha subido al tren. La mujer se llamaba Julie, y le contó la historia a la amante de Robert. Entonces Julie relato lo que había visto aquella noche en la casa del vecino. La mujer le dijo a Julie que no le diga nada al guarda, ya que lo único que conseguiría es salir del vagón y así la vería más fácilmente. Así que a la amante de Robert se le ocurrió un plan, que Julie se encierre en el toilet mientras ella recorriera el tren en busca del presunto asesino. Julie se encerró en el toilet mientras la mujer pensaba en lo que tenía que hacer y recorrió el resto de los vagones, vio a una mujer con un niño en brazos, un sacerdote, un hombre rubio leyendo un libro, una mujer con dos niños discutiendo y dialoga con un hombre feo y horrible transformado por la guerra. Entonces va al toilet en busca de Julie, la ve y le dice que no esta el presunto asesino, luego le dice que no hablasen sobre ese tema y que durmiéramos.
La amante de Robert se despertó cuando faltaba casi una hora para llegar a Edimburgo y vio a Julie durmiendo sobre su asiento. Apoyo sus dos manos sobre la nuca descubierta y presiono ligeramente, la había matado. Rápidamente se dirigió al vagón continuo que había visto vacío la noche anterior.
Cuando el tren llego a Edimburgo, salio del tren y se mezclo entre las demás personas de la ciudad y pensaba en cuanto tiempo tardarían en encontrar el cadáver.
Un hombre en quien no confiar
John no podía entender como una aficionada podía contar tan extraordinaria historia, aquel segundo relato lo había perturbado. El creía que la Sña. Greenwold era en verdad una escritora y ella no creía que John sea en verdad un escritor de novelas policiales, primero porque no podía entender porque el no se intereso con el relato del tren y luego cuando ella le pregunto la idea de su próxima novela, John respondió titubeando que no, después la Sra. Greenwold le pregunto nuevamente la idea de su próxima novela, y John la dijo, entonces había mentido, John también mencionó que antes había visto a la Sña. Greenwold y por ultimo, al final de la novela de John, debía asesinar a la Sña. Greenwold, en ese punto se detuvo, y la miro a los ojos, entonces la Sra. Greenwold pensó: si no era usted un escritor, ¿que otro argumento podría relatar un asesino, más que su propio plan para matarme?
La Sra. Greenwold le revelo a John que Robert no había llamado a la policía, entonces ella tuvo que matarlo, debido a esta situación la Sra. Greenwold le dijo a John que lo tenía que matar, ya que esas dos historias eran verdad, entonces John era testigo de los asesinatos de Helen y de Robert, producidos por la Sra. Greenwold.
Ella le dijo a John que en su taza de te introdujo sales de bario, que al principio sólo sentirá un malestar en el estomago y un hormigueo… algo muy molesto. Después vendrán los temblores. Eso significa que ha avanzado sobre el sistema nervioso y que debe darse prisa, ir hacia su casa, pero cuando corriera el veneno de difundirá más rápidamente y tendría que llamar a una ambulancia.
Final de la novela
John quedo inmóvil, observando a la anciana. El pudo salir y empezó a correr, escuchaba los latidos de su corazón, cada vez más fuertes, a la altura de las sienes.
Finalmente llego a su casa, la puerta estaba cerrada, entonces corrió hacia las ventanas, en uno de los costados de las casa, un sentimiento de horror lo dejo sin aliento, la primera ventana estaba cerrada, fue hacia la segunda, sintió algo que comenzaba a desplazarse por todo su cuerpo, rápido, invasivo. Eso comenzaba a paralizarlo. Miro la casa a través de la ventana y vio el teléfono, quiso romper el vidrio, pero sus brazos no le respondieron, intento mantenerse de pie, hasta que finalmente se dejo caer apoyándose contra el muro. No intento moverse y cerró los ojos, y rogó que todo aquello fuese sólo una novela.
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